Me gustaría comentar, o dar un poco de luz, a aquellos que son desconocedores de cómo funciona habitualmente o cómo es el procedimiento científico habitual para que una disciplina sea considerada con el suficiente aval científico. Cuando se habla de un estudio científico, con sede en una universidad tal y con un autor cual, que presenta unas conclusiones determinadas, estas no significan que el efecto encontrado esté avalado por la ciencia. Nada más lejos de la realidad. La ciencia es todo un conjunto de procedimientos que confluye en un basto cuerpo de conocimiento, y este es dinámico, que se nutre y lo conforman gran cantidad de estudios científicos convergentes en determinados temas. Normalmente, los estudios pioneros en un campo suelen contar con muestras de sujetos pequeñas que impiden por definición inferir conclusiones generales; por contra, permiten abrir el campo de estudio, dar luz sobre una posible relación causa efecto, pero que necesita de un mayor número de estudios, con un número de sujetos grande (n>100 para que se cumpla la “curva normal” para los que tengan noción de estadística) y con grupos de investigación independientes unos de otros en el importantísimo proceso de replicación. Eso es esencial en la ciencia: la replicación. Los resultados de un estudio no valen nada si no se replica dicho estudio hasta que se encuentran las variables moduladoras que están mediando en ese efecto, y que quizá sean incluso causa de este. Cuando el campo de estudio se vuelve amplio (con muchos estudios del mismo tema por parte de distintos equipos de investigación) entonces la ciencia recurre al meta análisis, que es como se recoge toda esa ingente cantidad de información distribuida en varios años, en un solo estudio recopilatorio, que se vale de métodos estadísticos (elevando la n al sumatorio de participantes de todos los estudios incluidos) para calcular medias y desviaciones típicas generales. Un meta análisis es una revisión sistemática y matemática que se basa en el análisis de datos, por contra de la revisión narrativa, donde un autor revisa todo lo que puede abarcar de un campo, y según su propio criterio y disciplina profesional, y su estilo literario, llegará a unas determinadas conclusiones. Hablo de esto porque entré en un interesante debate con Francisco Fidel Martínez y Emilio J. Torregrosa sobre el problema de los psicofármacos y la posibilidad de que las terapias alternativas entrasen en juego para tratar los problemas psicológicos. Respecto de la acupuntura, sobre la cuál Emilio es un experto y sobre la que yo soy un completo desconocedor, parece que se ha evidenciado una eficacia en el tratamiento de la ansiedad y la depresión en una serie de estudios. Sin embargo, en los meta análisis que ya hay sobre este campo (encontrados en la base de datos Linceo), se concluye que no hay suficiente evidencia para poder afirmar que la acupuntura es eficaz para el tratamiento de ansiedad (Li y cols, 2019), por lo que se necesita continuar investigando; pero sí la hay para afirmar que la acupuntura es comparable al efecto de los antidepresivos para el tratamiento de la depresión (Zhang y cols, 2009). En otros ámbitos médicos, fuera del ámbito psicológico, han encontrado mejor apoyo, como es el caso de enfermedades relacionadas con el dolor crónico como dolores de cabeza, migrañas, dolor de espalda, dolor cervical y osteoartritis (Muñoz-Ortego y cols, 2016). He querido citar estos meta análisis para trasladar el mundo académico a un comentario fútil en facebook, a modo de muestra, de cómo se manejan los académicos para poder apoyarse en la ciencia a la hora de hacer una afirmación.
Sobre el autor

David Zorel
Soy escritor.
Porque mi relación con la literatura es lo primero que recuerdo con claridad y continuidad en mi infancia.
Crecí leyendo y escribiendo.
Todo ese bagaje pasó por muchas etapas y acabó confluyendo en la publicación de mi primera novela en 2014, con 24 años, que publicó Editorial Ecu: El Vasallaje de los Elementos.
Durante este proceso editorial seguí escribiendo sin parar, y acabé mi segunda novela, que era la continuación de la primera: El fuego de los Confines, y también la publicó la misma editorial en 2018.
Soy psicólogo, graduado en la UNED.
Porque empecé a estudiar psicología al acabar esta segunda obra.
Y entonces, el vacío más oscuro para esa parte de mí más artística: la ciencia, la exigencia académica de una carrera universitaria que me empujó a dejar de leer literatura para volcarme por completo en los estudios de grado.
Y luego un máster.
Soy experto (número uno de mi promoción) en Comportamiento No Verbal y Detección de Mentiras por los estudios que realicé con UDIMA y Behavior & Law.
Y al acabar mis estudios de postgrado, volvió el escritor con más fuerza que nunca. Con una capacidad para el análisis del género humano nutrida de ciencia y experiencia.
Y fui padre.
Y a causa de esto, de lo que soy, escribí un cuento infantil con un mensaje (crítica al uso excesivo de pantallas por parte de los niños) que fue publicado por la Editorial Babidibú en 2023, llamado Por fuera del móvil.
Y mientras tanto, soy psicólogo, soy escritor, y practico la psicología y escribo mi tercera novela llamada A través de la pantalla, el summum de todo este viaje, hasta hoy.
Esta es mi historia.