Existencia real. Realidad. Si no hay un dios que gobierne lo sobrenatural, ¿qué es lo que hay, superior a lo material? La grandeza de este nuestro Señor matizada por la iglesia es tan fantástica como absurda, llena su historia de incoherencias deslavazadas. Pero no es en la grandeza donde hay que buscar conclusiones, sino en los pormenores. Aquellos casos aislados y extraños que, en ocasiones, pasan desapercibidos en la historia.
¿Qué creer?, ¿dioses?, ¿espíritus?. ¿O todo se reduce a necesidades de la mente o enfermedades de la misma, respectivamente?
Desde mi punto de vista nada puede existir fuera de lo material, de lo estrictamente demostrable con buen fundamento y desarrollo. Sin embargo, durante la historia se ha materializado un constante caleidoscopio de lo sobrenatural difundido en leyendas o más tarde imágenes controvertidas que hablan por sí solas.
Escuchando la radio oigo un programa de llamadas. Suena música de tensión de fondo y un prolegómeno de lo que parece será una historia vivida, cuestionable, me digo, de una chica que tuvo una aparición durante la noche.
Entra en antena y se masca la tensión. Para la música y se matiza la voz afectada de la chica, lúgubre, esotérica, conturbada sobremanera y totalmente convencida de la realidad de su vivencia.
Estaba acostada y despertó, dice, sin poder moverse. Y en esa parálisis una anciana -su abuela fallecida -aparece en su propia habitación y la mira. Ello transmite tensión en el estudio de la radio y en los estúpidos conturbados que la escuchamos, muy interesados.
La vio allí junto a ella y jamás nadie podrá hacerle cambiar de opinión.
Realmente creo que ella la vio. Pero eso no lo hace real.
Catatonia. Definido por la RAE como “síndrome esquizofrénico, con rigidez muscular y estupor mental, algunas veces acompañado de una gran excitación”
Solo es un ejemplo de lo inmensa, incomprendida y compleja que es la mente, que nos puede llegar a perturbar la realidad. Esto no lo explica todo, sin embargo. Es solo un ejemplo de la diversidad de rarezas que ofrece el cerebro en sus trastornos.
Pero hay más cosas increibles que han ocurrido y ocurren en nuestros tiempos; como el verídico caso de malformación de Edward Mordake y su “demonio” que perturbó tanto durante el siglo XIX. El hombre de dos caras, que acabó por suicidarse a los 23 años. Malformaciones verídicas que podrían abrir un cúmulo incontable de leyendas sobre monstruos y enjendros como animales de formas poco convencionales. O hablando sobre esoterismo, el aún contemporanio asunto de las pigmentaciones en las paredes de Las Caras de Bélmez. Aquel caso de confusión en los que tras 42 años de investigaciones no ha podido demostrarse claramente que se trate de un fraude. Y para fraudes la medium Anne Germain que acabó su carrera en tele 5 hace muy poco, con su equipo que le pasaba el informe previo de quien, generalizando, ejercía su milagroso oficio jugando con los sentimientos de sensibles e ingenuos.
Son, al fin y al cabo, casos que crean confusiones y nos hacen pensar en posibles alternativas incomprensibles a otras realidades o a “el más allá” Pero la realidad es el antónimo de la fantasía. Aun con todos esos casos extraños no dejan de haber explicaciones científicas unas veces y la oculta ambición mediática y económica del fraude en otras. ¿Quién sabe la verdad?
¿Qué diferencia a una tarántula pajarera o a un lobo gris de los monstruos de los cuentos?, incluso un caso de malformación mal llevado podría llevarse a equívoco. ¿Y qué hay de los fantasmas?. Si un animal pasara casualmente por la noche en una zona oscura al contraluz de un foco y alguien lo viese de lejos vería una sobra estirada caminar. Y si ese animal fuese un raposo -me cago en sus muertos -por mi madre que oiría gritar a una mujer como mirando a los ojos a la muerte.
Mi pensamiento peyorativo hacia cualquier rareza sobrenatural -entre las que incluyo las que cuenta la biblia -es firme y férreo pues, como dijo Einstein, “todo es relativo”; todo es susceptible de ser manipulado, desgraciadamente, y debe de haber gente jodidamente buena en sus juegos de artificio, ilusionismos o supercherías ingeniosas.
Soy reticente a todo ello, esperando que alguien llegue y lo demuestre. Y aún siendo así estudiaré cada palabra demostrada, buscando un artificio a lo demostrado, intentando buscar la trampa a lo inalienable.
Me encanta la fantasía, pese a todo. Quizás a causa de ello. El motivo por el que creer en monstruos pintorescos y enjendros horrendos y no en verlos vestidos de traje con mirada tranquila por la calle, taimados, arrastrando la sombra de asesinatos, pederastias o violaciones. Me gustan mis monstruos de cuento que por lo menos se les ve venir acolmillados y oliendo a sangre. Y con respecto a la muerte… oh… La Muerte. Ella es bella como ninguna y nadie teme encontrarla. La dama de negro es el símbolo puro de serenidad y calma. En mi libro, al menos, me evado de esta realidad en mi fantasía propia y sus bellezas.
Gracias.
¿Qué creer?, ¿dioses?, ¿espíritus?. ¿O todo se reduce a necesidades de la mente o enfermedades de la misma, respectivamente?
Desde mi punto de vista nada puede existir fuera de lo material, de lo estrictamente demostrable con buen fundamento y desarrollo. Sin embargo, durante la historia se ha materializado un constante caleidoscopio de lo sobrenatural difundido en leyendas o más tarde imágenes controvertidas que hablan por sí solas.
Escuchando la radio oigo un programa de llamadas. Suena música de tensión de fondo y un prolegómeno de lo que parece será una historia vivida, cuestionable, me digo, de una chica que tuvo una aparición durante la noche.
Entra en antena y se masca la tensión. Para la música y se matiza la voz afectada de la chica, lúgubre, esotérica, conturbada sobremanera y totalmente convencida de la realidad de su vivencia.
Estaba acostada y despertó, dice, sin poder moverse. Y en esa parálisis una anciana -su abuela fallecida -aparece en su propia habitación y la mira. Ello transmite tensión en el estudio de la radio y en los estúpidos conturbados que la escuchamos, muy interesados.
La vio allí junto a ella y jamás nadie podrá hacerle cambiar de opinión.
Realmente creo que ella la vio. Pero eso no lo hace real.
Catatonia. Definido por la RAE como “síndrome esquizofrénico, con rigidez muscular y estupor mental, algunas veces acompañado de una gran excitación”
Solo es un ejemplo de lo inmensa, incomprendida y compleja que es la mente, que nos puede llegar a perturbar la realidad. Esto no lo explica todo, sin embargo. Es solo un ejemplo de la diversidad de rarezas que ofrece el cerebro en sus trastornos.
Pero hay más cosas increibles que han ocurrido y ocurren en nuestros tiempos; como el verídico caso de malformación de Edward Mordake y su “demonio” que perturbó tanto durante el siglo XIX. El hombre de dos caras, que acabó por suicidarse a los 23 años. Malformaciones verídicas que podrían abrir un cúmulo incontable de leyendas sobre monstruos y enjendros como animales de formas poco convencionales. O hablando sobre esoterismo, el aún contemporanio asunto de las pigmentaciones en las paredes de Las Caras de Bélmez. Aquel caso de confusión en los que tras 42 años de investigaciones no ha podido demostrarse claramente que se trate de un fraude. Y para fraudes la medium Anne Germain que acabó su carrera en tele 5 hace muy poco, con su equipo que le pasaba el informe previo de quien, generalizando, ejercía su milagroso oficio jugando con los sentimientos de sensibles e ingenuos.
Son, al fin y al cabo, casos que crean confusiones y nos hacen pensar en posibles alternativas incomprensibles a otras realidades o a “el más allá” Pero la realidad es el antónimo de la fantasía. Aun con todos esos casos extraños no dejan de haber explicaciones científicas unas veces y la oculta ambición mediática y económica del fraude en otras. ¿Quién sabe la verdad?
¿Qué diferencia a una tarántula pajarera o a un lobo gris de los monstruos de los cuentos?, incluso un caso de malformación mal llevado podría llevarse a equívoco. ¿Y qué hay de los fantasmas?. Si un animal pasara casualmente por la noche en una zona oscura al contraluz de un foco y alguien lo viese de lejos vería una sobra estirada caminar. Y si ese animal fuese un raposo -me cago en sus muertos -por mi madre que oiría gritar a una mujer como mirando a los ojos a la muerte.
Mi pensamiento peyorativo hacia cualquier rareza sobrenatural -entre las que incluyo las que cuenta la biblia -es firme y férreo pues, como dijo Einstein, “todo es relativo”; todo es susceptible de ser manipulado, desgraciadamente, y debe de haber gente jodidamente buena en sus juegos de artificio, ilusionismos o supercherías ingeniosas.
Soy reticente a todo ello, esperando que alguien llegue y lo demuestre. Y aún siendo así estudiaré cada palabra demostrada, buscando un artificio a lo demostrado, intentando buscar la trampa a lo inalienable.
Me encanta la fantasía, pese a todo. Quizás a causa de ello. El motivo por el que creer en monstruos pintorescos y enjendros horrendos y no en verlos vestidos de traje con mirada tranquila por la calle, taimados, arrastrando la sombra de asesinatos, pederastias o violaciones. Me gustan mis monstruos de cuento que por lo menos se les ve venir acolmillados y oliendo a sangre. Y con respecto a la muerte… oh… La Muerte. Ella es bella como ninguna y nadie teme encontrarla. La dama de negro es el símbolo puro de serenidad y calma. En mi libro, al menos, me evado de esta realidad en mi fantasía propia y sus bellezas.
Gracias.
No he podido evitar seguir leyendo más… es muy interesante eso que dices sobre la realidad y me ha gustado mucho la historia. Buen trabajo! ;P
Lo he leido de principio a fin, y que conste que me cuesta bastante leer en el ordenador. Se me cansa la vista. Pero me ha encantado. Escribes muy bien. Asi qie me quedo a seguirte. Un saludo.
Pues es un placer que hayas dedicado este rato a leerme. Muchas gracias por el comentario, siempre anima a seguir escribiendo. Un saludo.
Me gustan tus historias, la forma como mezclas realidades y ficciones, porque al fin una mezcla de ello es nuestra vida. Y cierto que estamos inmersos en una cierta relatividad, porque lo verdadero, ¿qué es lo verdadero?. Cada cual tiene su verdad, y hay tantas verdades como personas supongo. La vida tiene muchos secretos, que aún nadie ha descifrado. Pero eso sí, respeto la opinión de los demás o sus creencias, aunque no las comparta y algunas me puedan parecer absurdas, aún así, no podemos juzgar lo que puede concebir una mente, ni lo que puede llegar a intuir o creer, porque ninguno de nosotros tenemos la verdad "absoluta" de las cosas, evidentemente. Yo en estas cuestiones soy muy simple, me guío por lo que me demuestran con sus hechos las personas. Me de igual las "milongas" que me cuenten bajo signos de ideales, dogmas, etc. los hechos es lo que cuenta.
Escribes muy bien, al menos con claridad, y desde tu óptica y eso me gusta, porque eres fiel a tus ideas. en el fondo eres un romántico (yo también); aún tienes esa vaga idea de que con las palabras se puede cambiar el mundo, y te llenas de escrituras con buena prosa y a "dentelladas" como Miguel Hernandez, quieres regresar, desamordazar a las verdades… Me encanta tu entusiasmo. Necesitamos de la ficción para poder escribir las realidades, aunque parezca paradójico.
Saludos, desde esta orilla cercana.