Quiero unirme a este concurso esta noche del que he sabido recientemente. Aquí copio el enlace de la página con las bases del concurso: www.escritores.org/index.php/recursos-para-escritores/concursos-literario/8414-xi-certamen-internacional-de-microcuento-fantastico-minatura-2013
Me hace sentir entusiasmado, puesto que siempre me he sentido atraído por esas historias efímeras compendidas en tan reducido espacio que dicen mucho con poco y que, aún así, hacen volar la imaginación al lector ávido, entre los que me incluyo. Me alegra sentirme unido a esta comunidad ingente de sentimientos en palabras, y por ello pongo un granito de arena con placer, a la espera de poder leer las propuestas de los demás escritores participantes. Gracias.
He aquí mi microcuento de fantasía para el certamen:
Me hace sentir entusiasmado, puesto que siempre me he sentido atraído por esas historias efímeras compendidas en tan reducido espacio que dicen mucho con poco y que, aún así, hacen volar la imaginación al lector ávido, entre los que me incluyo. Me alegra sentirme unido a esta comunidad ingente de sentimientos en palabras, y por ello pongo un granito de arena con placer, a la espera de poder leer las propuestas de los demás escritores participantes. Gracias.
He aquí mi microcuento de fantasía para el certamen:
-Mal augurio, señor, aquellas nieblas.
-Tonterías, dices. Solo son nubes bajas.
-¿Nubes bajas? -preguntó enarcando las cejas y aguzando los ojillos castaños, sonriendo, quizás, por la ingenuidad de su amo -¿acaso no sabéis lo que arrastran esas brumas grises? -el hombre del negro gabán negó, mejestuosos los modos, aristocrático el porte, encogiendo los hombros, estoico -El Mal del Miedo, señor, ¡el Mal del Miedo! Tenedlo presente para cuando llegue el primero de los gañidos de los perros y el graznido de los cuervos. Siempre empieza así.
Giró el cuello el de negro, molesto, observando el aire sibilino y místico del giboso sirviente venido a menos que apoyaba sus pequeñas manos en la balaustrada y perdía la mirada en el valle, en el lago y en los álamos, juncos, y cañaverales grises tras la niebla, mirando sin ver, con ojos glaucos, perdidos en vanas reminiscencias del pasado.
-Eres un puto supersticioso -dijo de súbito y se marchó de la balconada con celeridad, irritado y abstraído. ¿El Mal del Miedo?, ¡bah!, pensó a la vez que el primero de los gañidos lastimeros cruzaba en vaivenes de eco el valle y la colina, y también la balconada de mármol blanco del palacio.
Llegaba el gañido del perro y el graznido del cuervo.
Llegaba el Mal del Miedo.
-Tonterías, dices. Solo son nubes bajas.
-¿Nubes bajas? -preguntó enarcando las cejas y aguzando los ojillos castaños, sonriendo, quizás, por la ingenuidad de su amo -¿acaso no sabéis lo que arrastran esas brumas grises? -el hombre del negro gabán negó, mejestuosos los modos, aristocrático el porte, encogiendo los hombros, estoico -El Mal del Miedo, señor, ¡el Mal del Miedo! Tenedlo presente para cuando llegue el primero de los gañidos de los perros y el graznido de los cuervos. Siempre empieza así.
Giró el cuello el de negro, molesto, observando el aire sibilino y místico del giboso sirviente venido a menos que apoyaba sus pequeñas manos en la balaustrada y perdía la mirada en el valle, en el lago y en los álamos, juncos, y cañaverales grises tras la niebla, mirando sin ver, con ojos glaucos, perdidos en vanas reminiscencias del pasado.
-Eres un puto supersticioso -dijo de súbito y se marchó de la balconada con celeridad, irritado y abstraído. ¿El Mal del Miedo?, ¡bah!, pensó a la vez que el primero de los gañidos lastimeros cruzaba en vaivenes de eco el valle y la colina, y también la balconada de mármol blanco del palacio.
Llegaba el gañido del perro y el graznido del cuervo.
Llegaba el Mal del Miedo.
Me gusta cómo narras. Leo con ojos de correctora y apenas encuentro qué modificar, lo cual es muy bueno, dicho sea de paso. Me ha gustado el uso del diálogo, sí señor. Es bueno.
Muchas gracias por la valoración! Me llena de alegría tu comentario y me anima a continuar y no dormirme, a dar rienda suelta a mi imaginación cada día. De nuevo mil gracias.