El otro día tuve que argumentar que, lamentablemente, el cerebro no está activado al 10% de su capacidad. Para aquellos que no tengan claro el porqué, ahí va un ejemplo del cerebro funcionando en toda su capacidad: una persona caminando por la calle. Sencillamente. Intentaré explicarme. Cuando una persona camina por la calle está expuesta a diversos estímulos externos y a otros tantos internos. En cuanto a los externos, su cerebro está respondiendo continuamente a la estimulación que reciben los órganos de los sentidos que transducen en señales eléctricas hasta el cerebro, tales como la activación del lóbulo occipital al mirar un coche, el temporal al escuchar un pitido, o zonas más específicas como el giro fusiforme al mirar el rostro de una persona o el área del lenguaje de Wernike al escuchar a alquien hablar. A su vez, en cuanto a estimulación interna, se está procesando, a un nivel no consciente, una cantidad de datos propioceptivos encargados de la postura y el movimiento al andar y de las sensaciones del tacto, que son integrados en áreas parietales del cerebro con aferencias o vías a la médula espinal por el tronco cerebral. Tener un recuerdo mientras caminas, lo cual es habitual, activaría otras zonas corticales (lóbulo temporal) y subcorticales (hipocampo, amígdala), recordar algo que debemos hacer en un futuro próximo también implicaría la activación de amplias regiones del lóbulo frontal relacionado con la planificación y toma de decisiones, y la motivación otorgada a tales insrucciones; el simple hecho de decidir dirigirse en una dirección activaría la corteza motora y premotora para llevarlo a cabo. Es un ejemplo ilustrativo, creo, de cuán amplia es la activación cortical constantemente, tanto que, del consumo diario de glucosa general de todo el cuerpo, solo el cerebro consume el 20%. La creencia de que el cerebro solo está activado al 10% de su capacidad fue desarrollada y extendida durante periodos de ceguera para las neurociencias. Hoy en día se ha comprobado que es un mito, pues prácticamente se activa todo para cosas muy sencillas, al menos cuando el esfuerzo implica diferentes operaciones tales como procesar información entrante, pensar, traer algo del recuerdo, sentir, planificar, etc; procesos muy de la vida cotidiana, en realidad. Espero que sirva de luz para quien tenga dudas sobre el tema.
Sobre el autor

David Zorel
Soy escritor.
Porque mi relación con la literatura es lo primero que recuerdo con claridad y continuidad en mi infancia.
Crecí leyendo y escribiendo.
Todo ese bagaje pasó por muchas etapas y acabó confluyendo en la publicación de mi primera novela en 2014, con 24 años, que publicó Editorial Ecu: El Vasallaje de los Elementos.
Durante este proceso editorial seguí escribiendo sin parar, y acabé mi segunda novela, que era la continuación de la primera: El fuego de los Confines, y también la publicó la misma editorial en 2018.
Soy psicólogo, graduado en la UNED.
Porque empecé a estudiar psicología al acabar esta segunda obra.
Y entonces, el vacío más oscuro para esa parte de mí más artística: la ciencia, la exigencia académica de una carrera universitaria que me empujó a dejar de leer literatura para volcarme por completo en los estudios de grado.
Y luego un máster.
Soy experto (número uno de mi promoción) en Comportamiento No Verbal y Detección de Mentiras por los estudios que realicé con UDIMA y Behavior & Law.
Y al acabar mis estudios de postgrado, volvió el escritor con más fuerza que nunca. Con una capacidad para el análisis del género humano nutrida de ciencia y experiencia.
Y fui padre.
Y a causa de esto, de lo que soy, escribí un cuento infantil con un mensaje (crítica al uso excesivo de pantallas por parte de los niños) que fue publicado por la Editorial Babidibú en 2023, llamado Por fuera del móvil.
Y mientras tanto, soy psicólogo, soy escritor, y practico la psicología y escribo mi tercera novela llamada A través de la pantalla, el summum de todo este viaje, hasta hoy.
Esta es mi historia.